El faro cuidaba una pequeña cala solitaria poco transitada, pero muy utilizada por pequeños barcos que buscaban refugio, cuando el mar les creaba problemas para navegar.
El faro los guiaba a su puerto iluminándolos y proporcionándoles consuelo contra las adversas condiciones del mar.
Luego observaba como hinchaban sus velas blancas, y se dejaban seducir por la libertad del viento y la inmensidad del mar.
Con los años, eran menos los navíos que volvían y el faro se ajaba y su luz se debilitaba, pero se negaba a dejar de iluminar, por si algún barco regresaba, era lo que era un faro, destinado a ver como se alejan los barcos.
El faro los guiaba a su puerto iluminándolos y proporcionándoles consuelo contra las adversas condiciones del mar.
Luego observaba como hinchaban sus velas blancas, y se dejaban seducir por la libertad del viento y la inmensidad del mar.
Con los años, eran menos los navíos que volvían y el faro se ajaba y su luz se debilitaba, pero se negaba a dejar de iluminar, por si algún barco regresaba, era lo que era un faro, destinado a ver como se alejan los barcos.
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