Estaba siendo un paciente horrible, con peticiones constantes de atención y cariño, que no eran necesarias, y ella estaba respondiendo con una paciencia digna de Moëbius.
Manantiales de aguilla verdosa surgían de mis fosas nasales, que se enrojecían e irritaban cada vez que me sonaba los mocos, como si me los estuviera limpiando con un estropajo, opté por taponarlos con bolitas de pañuelos de papel, con lo cual estaba todo el rato con la boca abierta, lo que se acrecentaba mi cara de memo habitual.
Al final es sueño se impuso y caí rendido, al despertar, la encontré sentada en la silla, arropada con una manta, y tiritando, en mi egoismo, al final, la había contagiado, la cogí en brazos, la desnudé, le puse su pijama y la metí en la cama.
De repente todos los malestares que tenían habían desaparecido, ver sus ojos vidriosos y rodeados de púrpura, hicieron desaparecer mi tontería y ocupé su puesto en el sillón al lado de la cama, para intentar estar a la misma altura que ella había estado conmigo.
2 comentarios:
Recupérate pronto. (machacas)
gracias, esta gripe es muy mala.
Publicar un comentario