Hoy que es viernes 13, hablemos de las casas abandonadas, esos lugares que te recomendaban no pisar, y que por supuesto para llevar la contraria eran tu lugar de recreo favorito, siempre se decía que había vivido alguien de la nobleza y ahora habitaba su fantasma o historias parecidas.
Lo más divertido era visitarlas de noche, armados de valor y una linterna, entrabas todo crujía a tu alrededor, por supuesto hacía viento con lo que los gemidos tenebrosos eran constantes, las chicas iban para demostrar que no eran unas cobardes niñitas, como les habíamos repetido los chicos unas cien veces para convencerlas para venir, y en las oscuras elucubraciones juveniles asustarlas para conseguir un abrazo por miedo, y soltar un "yo te protegeré".
Habíamos colgado en una de las puertas del piso de arriba unas cuantas latas, con el fin de conseguir que al abrirse cayeran montaran un follón y asustarlas.
Mientras subíamos las escaleras ibamos relatando la historia del conde que pacto con el diablo y este le cortó la cabeza por no entregarle a su primogénito, bla, bla, bla, o alguna parecida, pero nada nos había preparado para la masa peluda negra aullante que bajó del primer piso, y que nos puso el corazón en la garganta.
Y ahí estábamos los valientes asustados por un pobre perro al que habíamos perturbado su sueño, bajando corriendo como alma que lleva el diablo, y debajo de las escaleras subía un olor muy fuerte a vino barato y porquería, un vagabundo barbudo nos gritaba lindezas por su boca y nos lanzaba piedras por haber interrumpido su sueño alcohólico, nueva sarta de chillidos y carreras, que nos condujeron como dos kilómetros más allá de la casa, ni abrazos, ni yo te salvaré, menuda pandilla de aventureros cobardes.
Consejo: no visitéis camposantos, ni casas abandonadas, porque pueden suceder cosas inesperadas, que harán que vuestro valor se torne en miedo en un instante, hay cosas que se arrastran en la oscuridaaaad, feliz viernes 13
4 comentarios:
Jeje, sí, hay cosas que se arrastran en la oscuridad, y no pocas veces son vagabundos borrachos...
Hewl - Gracias por pasarte, la imaginación es un arma muy peligrosa.
Yo tuve la suerte de visitar un auténtico caserón señorial abandonado. O casi: los herederos no habían pasado por allí hasta hacía poquito, para hacer reformas en la casa, pero el jardín (una pieza estilo laberinto inglés), la fuente antigua y la pista de tenis tenía ese aspecto de antiguo palacio caído en el olvido. Debo agradecerle a la casera el haber tenido la amabilidad de darme un paseo por todo el interior de la casa. Por desgracia, debo guardar silencio respecto al lugar y herederos de dicho palacete (a todo esto, una construcción del siglo XIX), ya que la encargada me pasó d estrangis y bastante arriesgaba ya con hacerme visitas turísticas sin conocimiento y permiso de los ausentes propietarios.
Renaissance - Gracias por pasarte, y es toda una suerte poder ver esos caserones señoriales, haces bien en no meter en lios a la pobre señora.
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