Si la pasada temporada la serie coqueteó en sus primeros episodios con el procedimental eso sí decorado con grandes diálogos y malos con aura de perdedor, que te hacía empatizar con ellos en lugar de odiarlos, no fue hasta su parte final donde comenzó a dar su do de pecho, en esta no ha habido tregua desde el comienzo sus balas sabían hacia donde dirigirse, rápidas y certeras hacia una excelencia sorprendente, presentándonos a la familia Bennet, con una impresionante matriarca Mags interpretada por una gran Margo Martindale, otra contrincante en el feudo de Harlan con un pasado en común con los Givens y los Crowder.
Boyd ha llevado su camino de ida y vuelta, ha sido un chico listo y oportunista con una vena de riesgo y adrenalina, que no puede permanecer sin palpitar mucho tiempo, la trama con la compañía minera ha mostrado una nueva perspectiva de la comunidad, los poderosos contra los supuestos paletos del sur, tiras y aflojas en torno a grandes cantidades de dinero, y sombras para los habitantes de la comarca que van a ver cambiar sus vidas por esos tratos, confiando en los que siempre los han protegido para que los salven.
Mientras Winona pone en un aprieto a Raylan, incluso parece que Art va a tener que tomar partido, pero todo es solucionado con conversaciones sin decir nada y contándolo todo con miradas y gestos, una forma sublime de resolver situaciones. La pareja Givens-Hawkins es una montaña rusa que ninguno de los dos controla, quieren un futuro pero ninguno parece ceder, seguiremos viéndolos caminar sobre la cuerda floja.
Incluso hemos tenido a la infancia que sufre ese entorno hostil del tráfico de drogas y la violencia que lo rodea en la persona de Loretta, la niña que va de unos brazos a otros con el gesto serio del niño que se cree adulto, y no quiere que le sigan mintiendo para protegerlo, por lo que toma decisiones que en su mente son correctas aunque la pongan en peligro más de lo que pensaba.
La serie sigue mostrándonos las maneras distintas que tienen de hablar y tratar los asuntos en Harlan, deleitándonos con unos diálogos medidos que esconden mucho detrás de cada palabra, un caballero medieval con su código, que ha cambiado su casco y su lanza, por un sombrero de vaquero y una lanza, pero con la misma sonrisa del que sabe que muchas batallas han pasado por su lado y muchas vendrán, ello jamás le quitará las ganas de involucrarse donde no le llaman, villanos faltos de luces que entorpecen y lastran a todos los que le rodean pero sin ellos no sería lo mismo, la paz en Harlan es una utopía, la sangre y los rencores del pasado están tan enterrados en el almas de sus habitantes como el carbón que yace bajo sus montañas. Grandiosa segunda temporada de una serie que ha crecido de manera asombrosa frente a nuestros ojos.
6 comentarios:
Parece que con Justified la FX ha encontrado su identidad, y audiencia que le siga la serie...
seriéfilo - Este año se merecería bastantes premios, espero que siga con esta calidad y esta audiencia que le permita seguir.
No veas lo bien que me lo he pasado con la 2ª temporada, aunque ya me gustó la 1ª (y eso que aquella la vi doblada en Calle13, y cuanto me alegro de haber seguido esta en v.o.s.). Por cierto, muy buen post el que has escrito.
¡Saludos!
OsKar108 - Gracias. Yo he disfrutado mucho con la segunda, ha sido un salto de calidad apreciable, y espero que sigan así y que las audiencias los acompañen.
Saludos para tí también.
No conocía la serie, pero la apunto. Gracias por la recomendación.
Malapata - Un Western moderno con el aroma especial del sur de EEUU sus usos y costumbres, otro mundo.
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