Toda una oda a los caballos verdaderos protagonistas de la historia, su influencia en las vidas de las personas como verdaderos sanadores de almas perdidas, aunque una trama violenta y despiadada de poder y dinero envuelve la atmósfera de la serie, cuando se entra en el hipódromo es como si se hiciera en un templo donde una nueva serie de normas surgieran diferentes del mundo real del exterior. Una pena que una serie que ha hecho poesía de las carreras de caballos sea cancelada por la muerte de tres de ellos, pero siempre es más importante la vida de los animales, que el bello espectáculo o debería serlo, aunque siempre nos quedará la maliciosa idea de que fueron las bajas audiencias en conjunción con lo anterior lo que provocó la cancelación.
Hay que reconocer que es una serie difícil, con una trama que circula aparentemente sin mucho sentido en una dirección y en otra, caótica, pero que acaba conectando todo alrededor de una pista, con unos diálogos repletos de jerga de hipódromo, económica y de todo tipo, con unas escenas de carreras de caballos bellísimas, cuidadas, elaboradísimas y largas, que te meten en la pista y en la emoción incluso sin haber estado en un hipódromo en tu vida, pero que pueden parecer interminables para muchos espectadores, pero todo ello se supera con unos actores magníficos y unos personajes que vertebran sus vidas y vivencias en torno a unos animales tan bellos como los caballos.
Bernstein y Demitriou dos amigos que resurgen de sus cenizas y quieren volver a controlar el mundo del hipódromo y los casinos de apuestas, aunque encuentran la oposición de aquellos cuyos intereses se verán recortados por su ambición o que se ven apartados de los futuros beneficios, pero todo queda fuera cuando el personaje de Dustin Hoffman está junto a su caballo, incluso pone una cámara para poder observarlo, su expresión adusta y contenida desaparece para colocar sonrisas y paz en su rostro, junto con su proyecto de redención y de cambio en su vida personal con la granja de caballos para rehabilitar presos y su dueña, son lo que verdaderamente lo iluminan.
Los cuatro amigos que se unen para vivir y compartir su pasión por las carreras, las apuestas y los caballos, y para apoyarse unos a otros en un entorno social que no es precisamente receptivo con ellos, por separado no tendrían muchas oportunidades, pero junto pueden conseguirlo todos, diferentes personalidades y problemas, pero un objetivo común, Marcus, Jerry, Lonnie y Renzo, son la fuerza de la amistad forjada por las circunstancias, pero aun así poderosa.
Walter / Nick Nolte el viejo solitario poseedor de un caballo fruto de grandes campeones ofrecido como recompensa a una vida de servicio y sabiduría, sabio respetado que ve en su corcel, futuro y esperanzas en sus últimos años de vida, y defiende su posesión con uñas y dientes, no quiere que nadie le arrebato sus años de esfuerzo, ni su visión de como debe ser tratado, es su proyecto vital, personal, nadie debe interponerse en él.
Turo y Jo, el dueño del establo que dirige con mano de hierro, con poca paciencia para las interferencias y las interacciones personales con los dueños de los caballos, pero al que todos acaban respetando por sus resultados, cuya visión de su futuro personal cambia con la relación con su veterinaria que le abre los ojos a nuevos horizontes y vías, esos que anteriormente no había considerado. También pasan por aquí los "malos" encabezados por un magnífico Michael Gambon, el agente de los jockeys, y estos últimos buscando su sueño encima de un caballo al que deben de querer y respetar para dar el triunfo que los encumbrará a ellos y al dueño.
La narrativa "David Milch" se deja ver en la serie, las comparativas con Deadwood son inevitables, simplemente narra la vida transcurriendo eligiendo los momentos que quiere resaltar y aquellos que obviar, retratándonos un mundo crudo y sin ornamentos, con su lenguaje, sus protagonistas y su ritmo, sin importar mucho que el público lo llegue a comprender completamente, pero que acaba involucrándote en él, y acabas sabiendo la importancia que puede llegar a tener una cabra en el mundo de un hipódromo. Una serie que se despide antes de su hora, con un final de da sensación de cierre y de tramas completadas, en el que incluso vemos al hijo de Dustin, Jake, interpretando a su nieto, en fin que no por estar cancelada os la debéis perder, imprescindible.
2 comentarios:
Aunque la factura técnica (en TODOS los aspectos) ha sido soberbia, pensé al enterarme de la cancelñación, que no me iba a fastidiar tanto, pero al llegar el final de este último capítulo, me he dado cuenta de que me parece que nos quedamos sin una serie buena (difícil de entrar en ella, pero buena una vez que le dedicas un poquito de tiempo).
¡Saludos!
OsKar108 - Con todas estas series es complicado entrar, pero una vez que lo haces lo difícil es salir, porque tienen una gran calidad, una pena todo lo sucedido, y el final me ha parecido una maravilla, tanto como han cerrado las tramas, hasta las increibles carreras de caballos y su música.
Saludos para tí también.
Publicar un comentario